Conversatorio con el escritor Patricio Chaija
En el marco de la Maratón Nacional de Lectura, el día viernes 26/11 visitó la sede de la Biblioteca del CEMS ubicada en la Escuela de Agricultura y Ganadería el escritor Patricio Chaija, quien compartió un conversatorio con estudiantes de la ECBC denominado “Las vicisitudes en la vida de un escritor”. Este encuentro se centró en su trayectoria personal y su metodología de trabajo, en donde destacó el papel de la escritura como un oficio que requiere disciplina y una lectura constante.
Inspiración, Temas y Contexto Regional
Patricio Chaija es originario de Torquinst (sur de la provincia de Buenos Aires) y supo que quería ser escritor desde los 10 u 11 años, escribiendo su primer cuento de terror a los 12. En su obra, rompe con el cliché de ambientar el terror en grandes ciudades (como Nueva York o Buenos Aires) y lo sitúa en escenarios regionales cercanos, como Bahía Blanca, Monte Hermoso o Torquinst, lugares que considera perfectos para albergar historias fantásticas.
Su inspiración es variada y surge de lo cotidiano: una imagen, un título, una palabra o incluso eventos tristes de la vida real. Por ejemplo, su novela La infección es una metáfora de la pandemia de coronavirus, inspirada en las calles desiertas de Bahía Blanca y contada a través de una historia de zombis. Chaija enfatiza que utiliza la escritura como su “cocina” para procesar y transformar la realidad.
Proceso Creativo y Técnicas Narrativas
El escritor se describe como un autor intuitivo que prefiere improvisar y sorprenderse a sí mismo mientras escribe, lo que a su vez mantiene la atención del lector. Generalmente, comienza con el título, que funciona como el disparador creativo de toda la historia. Alienta a los jóvenes escritores a ver la escritura como un trabajo y a fijarse objetivos diarios, esforzándose por avanzar incluso cuando preferirían hacer otra cosa.
Narrativamente, Chaija busca “engañar al lector”, enterrando pistas importantes en detalles sutiles, de modo que solo se descubren en una relectura atenta. Es un gran partidario de la ambigüedad en los desenlaces, prefiriendo finales abiertos o duales (como el de Nuestra Señora de Hiroshima) que generen debate entre los lectores. Detesta los “finales felices tontos” y cree que el héroe siempre debe pagar un costo por la victoria.
Superación y Consejos para Escritores
Para los aspirantes a escritores, la recomendación principal es leer mucho y escribir mucho. Chaija advierte sobre la necesidad de leer diversos géneros para evitar, sin querer, contar historias que ya existen (como el ejemplo de Harry Potter).
Su propia trayectoria es un testimonio de la perseverancia. Reveló que sus primeros cinco libros fueron rechazados durante diez años, pero él tomó cada “no” como una motivación para mejorar y siguió escribiendo, logrando publicar su sexta novela. Esta insistencia, y no la inspiración divina, es lo que lo llevó a autopercibirse como un escritor, una validación que, en su caso, llegó solo después de ver publicados sus primeros cuentos en revistas literarias. Entre sus referentes, mencionó a Stephen King y a la argentina Silvina Ocampo.
Sus libros en la Biblioteca del CEMS
Si te interesa indagar en la literatura de Patricio Chaija, estos son los libros que podés llevar a modo de préstamo, sea para leer en sala o en tu domicilio:
- Pili: una melancólica adolescente es la chica nueva en el colegio que se resiste a caer en la apatía y lucha por salir airosa de las más extrañas situaciones. Un profesor, con ánimo de ampararla, se convierte en involuntario testigo de su trayectoria. El lector asistirá en apariencia a una historia sencilla, para después advertir paulatinamente que el relato lineal esconde otras realidades y las tramas conviven unas con otras, se superponen y pugnan por imponerse. Con insistencia sutil, la ausencia y la soledad como imágenes fantasmagóricas pueblan cada hilo de la narración hasta converger y presentar un oscuro rito de iniciación en el que nada es lo que parece.
- Siniestro: quien se permita leer estas páginas debe saber que estará solo en todo momento, siendo el espectador de personajes que se darán cita con lo macabro, lo truculento y el espanto. Porque entre estertores, extrañas criaturas de caza y fieras de apetito voraz va la cosa. El pulso narrativo de Patricio Chaija te llevará con pericia desde el sutil horror de una mirada esquiva, hasta el gore más sanguinolento y demencial de una orgía de carne. Y vos vas a estar ahí todo el tiempo, expectante, solo, sin saber qué hacer para salvarlos. (Ignacio Román González).
- La infección: con reminiscencias a la literatura de Orwell y las películas de George Romero, “La infección” es una novela que entretiene, pero también es una alegoría que nos impone la reflexión. A medida que discurrimos por los vertiginosos escenarios de una Argentina caótica y acéfala, aislada del resto del mundo y dominada por seres infectos, nos preguntamos si lo que estamos leyendo se nutre y refleja hechos de la realidad, o si es la realidad la que se nutre y refleja los hechos narrados en este libro. Pero lo más aterrador de todo es que resulta imposible afirmar quién imita a quién. (Leandro Kreitz).
- El cazador de mariposas: En “El cazador de mariposas”, los lectores accedemos a los actos de un profesor que va llenando los baches de la memoria con fantasías maltrechas. Mediante una potente voz narrativa, lo acompañamos a traspasar fronteras y tabúes, bajo la vigilancia de una inquietante y atractiva figura de piedra. Este solitario (a quien podríamos ubicar en algún barrio de Bahía Blanca, Tornquist u otra ciudad bonaerense) está alienado, es violento, y sus ensoñaciones se tornan peligrosas. Su mente se encuentra en plena descomposición, invadida de incoherencias, y por momentos, locura y literatura se presentan como sinónimos, o, tal vez, dos caras de una misma moneda. Las buenas historias de terror están plagadas de sutilezas, balbuceos, ráfagas poéticas, sombras indefinidas y, también, algunas acciones grotescas. Todo esto lo podemos encontrar en “El cazador de mariposas”, de Patricio Chaija, quien desde hace años cultiva la vocación de conmovernos horadando las paredes de lo que vulgarmente llamamos realidad.
- Los señores de Xibalbá:
Ese invierno dos extraños llegaron a la ciudad. Nadie pudo siquiera imaginar los motivos de su arribo. Eran, para algunos lugareños, unos excéntricos extranjeros. Pero otros intuyeron que traían algo oscuro. Algo que los haría cambiar, rememorando situaciones del pasado que todos preferían olvidar. En toda llegada y en toda partida hay un duelo particular, y en ocasiones los viejos recuerdos descansan bien enterrados… hasta que los mecanismos de la venganza se ponen en marcha. Y nos encontraremos con que los recuerdos no son lo único que está enterrado en Xibalbá. Con elementos de la ciencia ficción y abrevando en la mitología prehispánica, Los señores de Xibalbá es una novela que actualiza el episodio heroico del descenso al infierno para reflexionar entre las cáscaras de una realidad que se resquebraja.
- La oscuridad que cayó sobre Tornquist: tanto zombis como entidades difíciles de definir terminarán apareciendo en un escenario que reconocemos como propio (muchas veces, el mismo que encontramos en las noticias más terribles), aunque al autor seguramente le recuerde ese Tornquist inaugural al que no vacila en sepultar en una inquietante oscuridad. Estos cuentos deben leerse de la misma manera en que los viven los protagonistas: dejándose llevar por el horror que se oculta en sus párrafos finales.
¿Cuál es tu próxima lectura?